sábado, 20 de abril de 2013

Reiniciando la profesión


Hay algo que muchos nos planteamos respecto al Periodismo, y es el futuro de la profesión en cuanto a la percepción que todos conocemos. El periodismo convencional, el de toda la vida está en peligro de extinción, ¿Por qué? Todo parece indicar que le está tomando el relevo un nuevo concepto: la reinvención de la profesión, que hoy en día está en manos de la red y de quién la sostiene, los ciudadanos.


Si hablamos del periodismo hoy en día encontramos una nueva versión que dista bastante del viejo concepto. La figura del periodista, el de toda la vida está sufriendo profundas modificaciones: desde los hábitos de redacción, presupuestos, y accesibilidad, hasta llegar el extremo de confundir incluso, al profesional de la información en sus funciones. Pues ya es un hecho que la figura del periodista ha sido distorsionada, e incluso sustituida por blogueroso tuwitteros, los representantes de lo que hoy en día se conoce como Periodismo2.0 o ciudadano.

Esta nueva vertiente ha surgido en los últimos años, fruto del “boom” de la era digital en el ámbito de la información y comunicación, pero sobre todo en el periodismo. La sociedad asiste hoy en día a un cambio global en el que la nueva tecnología, el rápido acceso, la actualidad y la celeridad, son factores determinantes, que se han potenciado, dando otra vuelta de tuerca a la profesión periodística. Es un hecho más que evidente que el mundo cambia, pero en el caso del periodismo, cambia el doble de rápido y cada vez con más tareas. Y así, ahora, bajo la crisis de los medios impresos, una nueva definición del periodismo se alza ante nuestras pantallas, si bien es a través de 140 caracteres o a través de destacados blogs que configuran hoy en día la seña del nuevo periodista. Es por eso que la profesión debe evolucionar casi un paso más que la tecnología, un paso que cada vez se vuelve más de gigante y más inalcanzable. Pero esto sólo parece afectarle a los grandes medios. Esos medios impresos que hasta entonces monopolizaban la información en España, están viendo su influencia mermar a favor de otras alternativas. Así se está consolidando el periodismo emprendedor como alternativa a esa idea convencional. Pero no se trata de vencer o dejarse vencer por la nueva tendencia, si no evolucionar con ella. Ante esta nueva manera de entender el periodismo y la comunicación, la figura del periodista se ve también modificada y, a veces en un grado más extremo, distorsionada. Esta oleada de informaciones simultaneas, actualizaciones constantes y comentarios inmediatos no siempre cumple con los planteamientos periodísticos adecuados, ni pasa por filtros rigurosos, como los que –se supone- imponen los medios de comunicación. Así, el buen periodista llega a confundirse con el aficionado y la verdad con el rumor. Es por eso por lo que el periodismo debe fortalecer su imagen a través de las ventajas que le ofrece esta nueva visión.

El ejemplo de esta nueva rutina, junto con un análisis de la profesión actual, se recogen en el libro, El Periodista en la Encrucijada, coordinado por Mª Pilar Diezhandino. Este proyecto, presentado el pasado 7 de marzo en el campus de Cuenca recoge un análisis riguroso sobre la evolución y el presente del periodista de hoy, el profesional que vive una crisis anterior a la económica, que debe modificar su rol como heraldo de la información. Los problemas planteados en el día a día del periodismo son generados paradójicamente por el fuerte desarrollo de la tecnología y la era digital.
Muchos periodistas ahora planteamos la manera adecuada de marcar la diferencia, en buscar el valor añadido, que haga de nuestra labor un verdadero servicio que se separe de la típica foto subida a Twitter, con un breve comentario. Ese valor añadido puede que se encuentre en una pequeña regla de la doble “C”: contextualizar y contrastar. Si la nueva tecnología, paradójicamente está poniendo trabas al profesional de la información para ejercer su trabajo, a través de ciudadanos anónimos que se dedican a titular una foto y convertirla en noticia, es nuestro trabajo darle otra vuelta.

De nada sirve que se suba una foto a una red social sin explicar cuándo ha sucedido, ni cómo ni por qué, ni quienes han sido los protagonistas. Es por eso que el verdadero periodista de hoy debe aprovechar la inmediatez de la red para adelantarse al aficionado. Debe contextualizar el hecho y ofrecer información veraz y real, alejarse de las especulaciones y del rumor para dar sentido real a la profesión.

Se teme mucho por la desaparición del periodista tal y como lo conocemos, pero como en toda profesión, se deben afrontar los cambios y convertir las amenazas en oportunidades. Debemos ejercer verdaderamente el papel de periodista fiel a la realidad para no dejar la información en manos de aficionados. Es tarea nuestra renovarnos para no morir.

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