domingo, 7 de noviembre de 2010

La lluvia como método de felicidad. Es posible


Se está nublando. ¿Les gusta la lluvia?.
Yo no sabría responder por entero a esta pregunta. A primera vista, odio la lluvia. Es en principio por una cuestión meramente práctica y física: la lluvia me moja; moja mi pelo (me despeina) y mi ropa (me constipo). Prefiero un día soleado (contraponiendo el hecho de que aborrezco al sol) a uno lluvioso. Pero todo eso es a primera vista, repito.

De manera más profunda, cuando el cielo se nubla, algo en mí se inquieta. Cuando caen las primeras gotas, siempre abro la ventana para poder oler ese aroma de tierra mojada. ¡Cómo me gusta ese aroma!. Es fresco, es relajante, es perfecto.
A veces no me importa que llueva, estoy acostumbrada a empaparme, siempre olvido el paraguas, igual que olvido el malestar cuando la lluvia roza mi cara.
Y siempre, repito, siempre salto por los charcos. ¿Nunca se han dado cuenta de que saltar los charcos es algo que todos en el fondo queremos hacer?. Yo al menos lo creo así. Para algunos el hecho de pisar los charcos no es más que un juego que las madres nos prohibían cuando eramos pequeños para no enfriarnos y que, ya mayores, evitamos con el mismo protector y seguro objeto. Para mí ha adquirido un nuevo matiz. Es el hecho de sentirte seguro de pisar los charcos lo que me lleva a saltar y a seguir corriendo, es el lujo de decidir si quiero mojarme los zapatos o no. Es el momento de jugar con la lluvia, algo que todos hemos querido hacer.

A propósito de jugar con la lluvia ¿Quién no conoce esa mítica escena de "Cantando bajo la lluvia"?. ¿A quién no le gustaría cerrar el paraguas, subirse a una farola y seguir cantando para que siguiera lloviendo?
Ninguno nos atrevemos, eso es verdad. Pero ¿no sería divertido? Desde luego que sí, por eso les insto a ello. Prometo hacer lo mismo.

Creo que estoy sacando una conclusión de por qué "a primera vista" no me gusta la lluvia. Simplemente no me han sacado a bailar aun bajo la lluvia. Es eso. Creo que es una de mis "escenas de películas" (Pero esa es otra historia). Sería realmente bonito que esa persona te sacara a bailar y marcara los pasos contigo al compás de las gotas en el suelo. Sería perfecto

Sí, en el fondo a mí me gusta la lluvia. En el fondo mojarse y despeinarse liberan y purifican. Porque todos tenemos que mojarnos y despeinarnos alguna vez en nuestras vidas.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Hacerle trampas al sol

El sol y yo no nos llevamos bien.
Quizás se deba al hecho de que estoy enamorada de la luna.
Ayer salí con  la luna después de estar un día entero esquivando al sol. No me gusta su compañía, es arrogante y presuntuoso. Parece haber nacido para perturbarlo todo. Él es el culpable de que el trabajador tenga que interrumpir todos los días su merecido sueño para ver a un jefe tan odiado como el propio sol; por su culpa la mejor noche jamás deseada dice siempre adiós; debido a él, los amantes deben finalizar su encuentro. ¿Cómo es posible que ese sol sea tan impertinente? Él está ahí siempre, arriba del todo, deslumbrándonos con hirientes rayos que taladran mis ojos. Unos ojos sensibles a su afán de poder.

En cuanto a la luna, ya se lo pueden imaginar. La luna es amable, te protege, se queda contigo en las noches más frías, no se ríe de ti, te mima y te observa dormir o hacer el amor.
Ella tiene un color que ninguna piel humana podrá algún día adquirir, puede que eso le haga ser única. Sus fogonazos no tienen comparación, son delicados y atrayentes, y , dependiendo del momento, te incitan a tantas cosas...Te incitan a no parar de bailar, aunque sea por las calles; te incitan a contemplar tu ciudad con ojos poderosos, eso es, te dan poder; te incitan a soñar con todo aquello con lo que nunca has podido tener o ser; te incita a llamar a esa persona, te incita a desear y a querer. La luna es tan especial...

Pero este maldito sol no, el se encarga de desvelarme y despertarme. Sigue haciéndome despertar, me devuelve a una cruda realidad. ¿Cómo puede hacernos eso?. En fin, no queda más que o acostumbrarse a su molesta presencia o a seguir esquivándolo mientras espera la llegada de la noche: con esa Luna y con su comparsa de estrellas. Para volver a empezar, para volver a soñar... hazle trampas al sol.

martes, 2 de noviembre de 2010

La Guerra de los Medios

Estudiando periodismo me he dado cuenta de una cosa: el poder de las audiencias corrompe los canales.
Nos encontramos en una sociedad hoy en día corrupta: corrompida por el dinero, por el poder, por el calentamiento global, por las opiniones necias y por aquellas personas que valoran las ideas ajenas incluso menos que las suyas propias.

En el caso de la televisión no varía mucho el asunto. No hace falta tener un máster ni un doctorado para darse cuenta de ciertas cosas: los medios cambian, y sus contenidos corren la misma suerte. En este medio (el más seguido por la sociedad) es frecuente que nos encontremos a ciertas horas programas de "zapping" en el que se nos muestran las imágenes más interesantes del panorama ¿pueden creer que uno de esos vídeos sea nuestra "querida" Belén Esteban dando clases de historia? ¿Es ese realmente el fenómeno televisivo de nuestro país? ¿Cómo puede ser eso posible? ¡No encuentro la causa!. Primero fueron los "realitys", les siguió el programa (creo yo, precursor de la llamada "Generación Nini") "Mujeres, hombres y viceversa" y acabamos con los programas de sobremesa de tertulia (si se les puede llamar así). ¿Por qué no dar paso a la censura de "Sálvame"?. Piénselo, no promueve para nada la cultura, si les queda alguna duda, reitero las clases de historia de la "Princesita del Pueblo". Si bien es cierto que los programas de sobremesa son entretenidos, es más, considero alguno bastante bueno. "Sé lo que hicisteis" es un ejemplo (aunque visto mi postura, la opinión sobre este programa ya se presupone) o "Tonterías las justas" (que contrapone a SLQH y tampoco está nada mal). Pero vamos, no es que esté en contra en absoluto de Telecinco, pero ¿por qué ha decidido la fácil tarea de hacer telebasura? la respuesta está en el tema por el que empecé e insisto: la audiencia. La audiencia somos nosotros, reflexionemos entonces sobre nosotros y sobre nuestra sociedad ¿cómo hemos caído tan bajo?

No podemos olvidar el detalle de los múltiples intentos de dejar en evidencia o de superar otras cadenas ¿se dan cuenta?
Es más que evidente la competencia entre Telecinco y Antena 3. Telecinco incluso dio paso a la publicidad con un gráfico de la audiencia de A3 y la suya (obviamente, todos sabemos lo fácil de manipular que es ese asunto).
Pero ¿y cuando hablamos de ideologías? Aquí tenemos un claro ejemplo: La Sexta vs. Intereconomía. Todos sabemos las posturas ideológicas de estas cadenas. Ellas mismas lo demuestran con polémicos casos como aquel vídeo filtrado de La Sexta a Intereconomía. Mediante este vídeo, Intereconomía acusa a La Sexta de falsedad respecto a su supuesta postura progresista debido a una "vejación" por parte del Gran Wyoming hacia una becaria. Todo resultó ser una broma por parte de La Sexta hacia una cadena que considera que "no se preocupa de confirmar la veracidad de los vídeos", afirma La Sexta. ¿ven? Guerra de Medios, lo que yo decía.


Ahora viene la pregunta: ¿Qué podemos hacer ante esto? Decidan ustedes.

Carta de presentación: Bienvenidos, hijos del Rock and Roll



Buenos días, queridos. Yo sólo quería presentarme, ya que acabamos de conocernos.
Supongo que a estas alturas todos conocerán esa película tan entrañable, El Mago de Oz. Pues a continuación les presento mi camino de baldosas amarillas particular, un camino en el que todo el mundo es bien recibido, siempre que sepa acompañar.

http://www.youtube.com/watch?v=zyAPTvNMN-w