martes, 21 de febrero de 2012

Nuestra Mierda


Todo lo que ocurre a nuestro alrededor tiene una razón. Nuestras decisiones, nuestros errores y aciertos están condicionados por un por qué. Pero cuando tienes la certeza de que te encuentras en el momento y en el lugar adecuado, entiendes que todo encaja.

Cuando llegas a la conclusión de este hecho acabas dándote cuenta de que no perteneces a otro lugar más que al que decidiste llegar, y que ese es tu sitio. Puede que esto les pasase a dos aprendices que, llegado el momento, tuvieron la desgracia y, sin saberlo, la dicha de poner sus pies sobre una Ciudad Encantada, esa que muchos califican como el culo del mundo. Había muchos motivos y muchas dudas que las llevaron allí, pero tarde o temprano coincidieron sus pasos y decidieron caminar juntas. Podían haber sido otros amigos, otros compañeros, otra carrera, otros amores, otra residencia, otra ciudad…podían haber sido 
miles de opciones y miles de caminos. Pero de todos ellos, engancharse a esa ciudad fue su acierto.

Y es que a pesar de todo, aprendieron a quererla. Aprendieron a disfrutar de sus cuestas, supieron vencer sus montañas, se adentraron en sus ríos, se adueñaron de sus calles, se enamoraron de sus vistas, conocieron sus rincones y se colgaron de sus casas. Poco a poco empezaron a formar parte de ella, a sentirse útiles allí, a creer que debían algo a esa ciudad, que eran una pieza clave en ese inmenso pequeño puzzle. Al final la resignación se transformó casi en un romance. La pequeña ciudad que se cernía sobre ellas ya no era ese espacio diminuto y ajeno a sus vidas. Ahora era parte de su mundo, y ellas eran parte de él.

Muchos de vosotros desechasteis este sitio, preferíais continuar vuestros caminos en cualquier otra parte, todo menos acabar en lo que llamáis mierda. Pues bien amigos, esto será una mierda, pero es nuestra mierda. Y os aseguro, que jamás podréis comparar cualquier otra cosa con el calor que a nosotras nos transmite el frío de Cuenca.

Raquel Martín Juan (@RachelMJ7)
Irene Ruiz Ruiz (@irenesiux)

From Cuenca, with love.